Se habla mucho -de hecho, todo el tiempo del COVID-19 y de las maneras de prevenirlo-. La principal de ellas, la que siempre se menciona aunque se hable de otras y se reitera e insiste, es inevitablemente el lavado de las manos.
Efectivamente es lo primero que viene a la hora de la prevención y esto ocurre por una simple razón: Las manos son el vehículo perfecto para que el COVID-19 -y en realidad cualquier virus- se movilice y con ello, obviamente, contamine a otra persona.
¿Qué ocurre con el lavado de manos y por qué es la mejor práctica?
El COVID-19 está, por decirlo gráficamente, envuelto en una burbuja de grasa, que es difícil de reventar y con ella se protege. Es esa protección la que permite su movilización y el ingreso al cuerpo, principalmente por la nariz o los ojos.
Al lavarnos las manos usando jabón, asegurándonos de que haya espuma y frotándonos vigorosamente, rompemos esa membrana y eliminamos el virus que podría entrar a nuestro cuerpo. Por esa razón, el lavado de manos es tan importante y es mencionado como un elemento básico en la prevención de ese tipo de infecciones.
Lavémonos las manos con mucha frecuencia y cuidando de hacerlo bien. Esta es una medida efectiva de evitar el contagio, no solo del COVD-19, sino de muchas otras enfermedades!
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